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💊 Píldora Psicológica para Policías frente al COVID-19

La incertidumbre que está generando esta pandemia, no solo en la población, también en nosotros los miembros de Las fuerzas de seguridad, está afectando a nuestra salud emocional. Lo primero que tenemos que hacer es prestar atención a las medidas preventivas y a los cuidados para no contagiarnos, pero no podemos dejar de lado nuestras emociones. Estamos en la calle haciendo turnos de 12 horas o dobles, con la incertidumbre de poder ser activados al servicio en cualquier momento, y tenemos el mismo pensamiento que el resto de la sociedad en cuanto al temor a contraer esta enfermedad. Además, nos estamos enfrentando a insolidarios, a transgresores de la norma que pueden ser portadores y que sus acciones nos están afectando a través de la frustración que ya es mucho.

Si continuamente estamos pensando en el bicho, esto puede hacer que en nosotros aparezca una sintomatología que incremente nuestro malestar emocional. Sentimos nerviosismo, estamos agitados y continuamente en tensión; la sensación de peligro inminente o pánico es mayor que de costumbre. Hoy no miramos a los ojos al malo. Es muy fácil que estallemos.

Hoy es necesario que reconozcamos nuestras emociones y que las aceptemos, los policías no estamos hechos de pedernal. Cuando sea necesario, tenemos que compartir este malestar, esta tensión con nuestras personas más próximas, compañeros de patrulla y familia.

Nosotros, al igual que el resto de las personas, estamos leyendo, viendo datos que están generando la sensación de angustia. Es bueno que aumentemos la empatía, socialicemos a través de las redes sociales, pero tenemos que ser selectivos en todo lo que por ahí circula. Conoce los hechos, busca pruebas de realidad y datos fiables como los que nos aportan las autoridades sanitarias y medios científicos. Escapa de la información que no provenga de estos. Borra información o imágenes alarmistas, además de dar morbo, para lo único que sirven es para comernos la salud como el bicho contra el que estamos luchando. Esto va a terminar y tienes que cuidarte para poder disfrutar de la vida.

Sabemos que hay estados, enfermedades como el estrés, el síndrome de estar quemado y el de estrés postraumático que les gusta nuestra profesión, somos huéspedes de ellos, por eso, desde el equipo docente de este curso, queremos aportar una serie de pautas para cuidar nuestra salud emocional. Aun siendo especialistas en psicosociología, esta situación se nos escapa un poco de las manos, somos policías de provincias, no salimos al exterior, a zonas de catástrofe, a zonas de conflicto y hoy, nuestro país, nuestra demarcación, es zona de conflicto. Poco podemos ayudar en esto, pero por suerte o por desgracia, en España, sí contamos con grandes especialistas de la psicología que han pasado por situaciones, por desgracias parecidas. Estos profesionales, además de haberse formado como psicólogos clínicos, tienen experiencia en atender a compañeros que han estado en catástrofes como son los terremotos, inundaciones u otras grandes catástrofes.

Desde aquí queremos aportar una serie de pautas publicadas por el Colegio Oficial de Psicología de Madrid el 10 de marzo pasado, colegio donde hay especialistas en la atención de personas en situaciones no tan grandes como la que hoy vivimos, pero sí con una gran carga y desgaste emocional tanto para las víctimas como para sus cuidadores. Nosotros hoy somos parte de los cuidadores. Esto va a terminar y tienes que cuidarte para poder disfrutar de la vida.

Si no estamos afectados por la enfermedad, pero estamos sintiendo una serie de emociones con alta intensidad y/o persistentes como:

  • Nerviosismo,agitación o tensión, con sensación de peligro inminente, y/opánico.
  • Nopodemos dejar de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad, o lapreocupación por enfermar.
  • Necesitamosestar permanentemente viendo y oyendo informaciones sobre este tema.
  • Tenemosdificultad para concentrarnos o interesarnos por otros asuntos.
  • Noscuesta desarrollar nuestras labores cotidianas o prestar servicioadecuadamente; el miedo nos paraliza y nos impide o nos cuesta salira la calle.
  • Estamosen estado de alerta, analizando nuestras sensaciones corporales,interpretándolas como síntomas de enfermedad, siendo los signosnormales habituales.
  • Noscuesta controlar la preocupación y preguntamos persistentemente anuestros familiares, a nuestras parejas por su estado de salud,advirtiéndoles de los graves peligros que corren cada vez que salende casa.
  • Percibimosun aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada(hiperventilación), sudoración, temblores sin causa justificada.
  • Presentamosproblemas para tener un sueño reparador.

Los especialistas de ese colegio, como medias preventivas nos recomiendan, tanto como miembros de la población general, como personal con riesgo los siguientes:

  • Identifiquemosaquellos pensamientos que puedan generarnos el malestar. Pensarconstantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o seaacentúen síntomas que incrementen nuestro malestar emocional.Evitemos hablar permanentemente del tema.
  • Reconozcamosnuestras emociones y aceptémoslas, están ahí. Si fuera necesario,compartamos esta situación con nuestros familiares y compañeros depatrulla. Necesitamos su ayuda y apoyo.
  • Tenemosque buscar datos fiables y pruebas de realidad. Conozcamos loshechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales ycientíficos; evitemos la que no provenga de estas fuentes; evitemosla información e imágenes alarmistas. Confiemos en ellos porquesaben lo que tienen que hacer. Ellos tienen los conocimientos y losmedios que nosotros no tenemos. En este caso, como en otros muchos,no tenemos el dominio del hecho.
  • Informemosa nuestros seres queridos de manera realista. En el caso de menoreso personas especialmente vulnerables como ancianos, no les engañemosy proporcionémosles explicaciones veraces y adaptadas a su nivel decomprensión. Ayuda a tu familia y amigos a mantener la calma y atener un pensamiento adaptativo a cada situación, somos policías.
  • Evitemosla sobreinformación, estar permanentemente conectados no nos haceestar mejor informados y podría aumentar nuestra sensación deriesgo y nerviosismo innecesariamente.
  • Contrastemosla información que compartimos. Si usamos redes sociales parainformarnos, procuremos hacerlo con fuentes oficiales (Ministerio deSanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales,OMS, etc.).

En los foros y grupos de chat de compañeros, y en muchas ocasiones, lejos de informarnos, nos estamos disparando nosotros mismos a un pie. No contribuyamos a dar difusión a bulos y noticias falsas. No alimentemos nuestros miedos ni los de los demás.

  • Mantengamossiempre una actitud optimista y objetiva. Somos fuertes y capaces.
  • Llevemosa cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención querecomienden las autoridades sanitarias y los servicios deprevención.
  • Procuremoshacer vida normal y continuar con nuestras rutinas en el hogar. Escierto está todo cerrado, no podemos socializar, pero en casa, haymucho que hacer. Hagamos deporte en el hogar y pongamos a nuestrasfamilias a hacerlo con nosotros; no podemos bajar nuestra formafísica, además necesitamos muchas endorfinas.
  • Generemosuna rutina diaria y aprovechemos para hacer aquellas cosas que nosgustan pero que habitualmente por falta de tiempo no podemos hacer(leer libros, ver películas, etc.).
  • Nosotros,el equipo docente, ahora para evitar caer, estamos compartiendonuestros conocimientos con vosotros, os ayudamos y nos ayudamos avosotros mismos.
  • Tengamoscuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación.El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva,rechazando o discriminando a ciertas personas y compañeros.
  • Notrivialicemos el riesgo para intentar evadir la sensación de miedoo aprensión a la enfermedad. Tampoco magnifiquemos el riesgo realque tenemos. Seamos precavidos y prudente sin alarmarnos.
  • Sinos recomendaran medidas de aislamiento, tengamos presente que es unescenario que puede llevarnos a sentir estrés, ansiedad, soledad,frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos demiedo y desesperanza, cuyos efectos pueden durar o aparecer inclusoposteriormente a la cuarentena. Tratemos de mantenernos en esosmomentos también ocupados y conectados con nuestros seres queridos.

Si por desgracia llegáramos a padecer la enfermedad, además de todas las recomendaciones anteriores debemos hacer:

  • Manejemos los pensamientos intrusivos. No nos pongamos en lo peor anticipadamente. Flaco favor nos haría para sanar.
  • No nos alarmemos innecesariamente. Seamos realistas. La inmensa mayoría de las personas se están curando; también ancianos.
  • Cuando sintamos miedo, que lo sentiremos, apoyémonos en la experiencia que tenemos en situaciones similares. Puede que ese momento no lo asociemos por tener percepción de mayor gravedad. Pensemos en cuántas enfermedades hemos superado en nuestra vida con éxito; en accidentes que hemos sufrido, atentados o agresiones comunes en nuestro gremio.
Valoración:
[Total: 18 Promedio: 4.6]

AUTOR:

Sergio Martín
Policía Local

Técnico en planes PRL para unidades policiales y militares

AUTOR:

JUAN JOSÉ AGÚN
Doctor en PRL. Ingeniero.

Responsable del Servicio de Prevención Propio del Hospital Intermutual de Levante en Valencia.

AUTOR:

ALEJANDRO LÓPEZ CALVIÑO
Policía Local

Técnico Superior (tres especialidades) y perito judicial en PRL.

Experto en Seguridad Vial. Investigador de Incendios y Explosiones.

2 comentarios de “💊 Píldora Psicológica para Policías frente al COVID-19

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